El filántropo José Luis Bello conservó esta casona que fue herencia de sus padres, convirtiéndola después en un museo. Cuenta con diez salas distribuidas en las instalaciones de la casa, que se conserva tal y como cuando estuvo habitada. La colección incluye obras de altísimo valor: pinturas de Agustín Arrieta, Miguel Cabrera, Francisco Morales Van den Eyden, Murillo, el Greco, Zurbarán, José Nava, entre otros.
Parte de las obras fueron coleccionadas durante tres generaciones por familiares del señor Bello.